domingo, 31 de enero de 2010

Como Demostrar la Derrota de Satanás - Parte 3

Una lección de victoria

Dios es bueno. Dios le visitará a usted. El le hablará a su corazón para ayudarle. Mientras yo estaba arrodillado, orando y llorando, Dios me dijo: "¿Qué hubo de la visitación que te di hace muchos meses?"

(Recuerdan la visión sobre las tres arenas de batalla. Cuando Dios nos visita, no lo olvidamos. Las cosas espirituales son eternas).

Hasta ese momento, yo nunca había relacionado esa visitación con mi situación actual. Dios dice en Su Palabra: Y antes que clamen, responderé yo (Isaías 65:24).

En Su misericordia y Su amor, El me había visitado y me había preparado de antemano. Ahora El me recordó esa visitación. Así que, reflexioné sobre todas esas cosas por las que Dios me había llevado (al estar en las tres arenas con el diablo). Recordé como estuve con Satanás en aquel cuarto. Había allí un hombre tratando de salir, pero no podía hacerlo. En voz alta lo repetí todo a Dios. Dios habló a mi espíritu y me preguntó: "¿Adonde estabas en ese cuarto?"

Recordé que estaba al lado de la puerta. Me puse de pie como un soldado. Yo había dicho: "Voy a salir de aquí en el nombre del Señor Jesucristo." Recuerdo que en la visión yo había salido afuera.
El Señor me dijo: "Hijo, estás en la tercera arena ahora. Estás en la presencia del príncipe de este mundo.

El es el temor encamado. El es el tormento encamado.

Estás en ese lugar, encerrado con él atormentándote.

Viste como te levantaste como un soldado y saliste afuera en el nombre del Señor Jesucristo.

¡¡¡Hazlo ahora!!!

Gracias a Dios que actué sobre lo que Dios dijo. Me lévate de mis rodillas, limpié mis lágrimas y afirmé mi rostro como un pedernal hacia la victoria. No SENTÍA victoria, pero en mi corazón lo acepté como algo ya hecho. Todos los síntomas y circunstancias externas continuaron igual, pero en mi corazón yo estaba sanado.

¡Yo sabía que había sido libertado! Mi deber era salir de esta situación.

Lentamente, pero con seguridad empecé a salir de ello. Quiero decirle que no hay salida fácil de una situación como esta, ¡pero HAY salida!

¿Qué hice yo? Me volví a la Palabra de Dios y empecé a recibir la revelación que necesitaba de la Biblia. Durante aquellas semanas y meses meditando en la Palabra de Dios, comencé a aprender lo que Cristo había comprado para mí. Empecé a entender quien era yo en Cristo. Empecé a comprender mi posición de poder y autoridad sobre las fuerzas demoníacas. Algo empezó a levantarse dentro de mí por esta revelación.

Como ven, ¡es la verdad que nos hace libres!

Quiero insistir que usted no puede ser libre y permanecer libre hasta que sepa lo que Cristo ha hecho por usted al derrotar a Satanás. Necesita saber quien es usted en Cristo y su autoridad y posición de poder en Cristo. ¡Debe actuar sobre esta verdad y echar a Satanás usted mismo!
¡Usted puede demostrar la derrota de Satanás!

¡El Espíritu Santo está en usted para traer esta demostración!

Bien, voy a continuar hablándole de mi propia situación. Empecé a llenar mi espíritu y mente con la Palabra de Dios. Empecé a confesar quien era en Cristo.

Empecé a decir diariamente lo que Dios dijo sobre mí como nueva criatura.

Venciendo el temor en mi propia vida Volví al lugar donde yo había actuado sobre el temor de volar.

Yo sabía que tenía que demostrar la derrota de Satanás en esta área donde yo le había permitido dominarme. Decidí hacer un viaje en avión. Fue muy difícil. ¡Fue TAN difícil! Satanás es el temor encamado.

El temor atormenta. El me dijo que el avión se iba a caer. Me dijo que nunca más vería a mi esposa y mis hijos.

Pero yo había determinado actuar sobre mi fe así como había actuado sobre el temor. Yo sabía que el actuar sobre el temor puso en acción a Satanás. Yo sabía que si actuaba sobre la fe, pondría a Dios en acción.

Ahora, entienda que yo no tenía deseos de volar.

Pero no importa como se sienta usted. Sólo actúe como que Dios le ha dicho la verdad.

Cuando usted actúa sobre el temor, está diciendo por sus acciones que Satanás es más poderoso que Dios.

Cuando usted actúa sobre la Palabra de Dios en fe contra el temor, está diciendo que Dios es más poderoso que el diablo.

Recuerde, actuar sobre el temor pone en acción a Satanás. ¡Actuar sobre la Palabra de Dios en fe activa el poder de Dios!

Mientras iba hacía el aeropuerto, sintiéndome tan lleno de ansiedad, pensé que de seguro iría en un jet de propulsión que me llevaría, sin duda alguna, con seguridad a donde yo iba, a pesar de lo que sentía.

Cuando fui a subir al avión vi que era frágil, con dos motores de hélice. Mis rodillas se debilitaron y casi me desmayo. Logré subir al avión. Me senté e inmediatamente empecé a sudar.

Pero sé que Jesús sonrió y los ángeles se regocijaron al ver mi determinación de actuar sobre la Palabra de Dios en contra del temor de Satanás. ¡Deliberadamente Jesús me había dejado en la arena de la batalla hasta que pudiera usar la espada del Espíritu y echar yo mismo a Satanás!

Durante todo el camino cité las promesas de Dios. Le dije a Satanás lo que Dios había prometido.

Lo resistí firmemente con la Palabra de Dios. ¡Yo tenía que demostrar que Satanás estaba derrotado!

¡¡¡El avión aterrizó sin problema!!! ¡Sentí temor durante todo el vuelo, pero gracias a Dios llegué bien!

El diablo me dijo: "Nunca regresarás a casa a menos que camines." Pero el diablo es un mentiroso.

Cuando regresé a mi hogar en el mismo tipo de avión, no SENTÍ la presencia de Dios. Sentí temor. Pero actué como si Dios me había dicho la verdad. El dijo: No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5). El había dicho en Su Palabra: No te sobrevendrá mal... Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos (Salmo 91:10-11). Así que, ¡actué sobre esas promesas en vez de las mentiras del diablo!

¡Gracias a Dios aterrizamos bien! El poder de Satanás sobre mí fue quebrado y desde entonces he volado por todo el mundo tantas veces que he perdido la cuenta. He volado a Europa muchas veces, a la India, las Filipinas, Nueva Zelandia, y muchos otros países del mundo.

Ahora, subo a un avión, me siento y me duermo.

Despierto en otro país con nuevas fuerzas porque TODO temor ha sido echado fuera. ¡Yo demostré la derrota de Satanás en mi propia vida!

Muchos de ustedes han tenido la misma batalla con el temor del cáncer, su hogar, su esposo, su familia y muchas otras cosas. El temor atormenta. Usted puede echar al enemigo fuera con la Palabra de Dios y el nombre de Jesucristo.

¡Levántese y actúe contra el enemigo! El se irá. La Palabra de Dios dice: Resistid al diablo, y huirá de vosotros (Santiago 4:7).

Usted se preguntará por qué está en tal lucha hoy. ¿Por qué Dios no lo socorre?

El Espíritu Santo está en usted para demostrar que Satanás es un enemigo derrotado. Satanás hurta, mata y destruye (Juan 10:10).

Dios le ha dejado a usted en el campo de batalla con Satanás para ayudarle a crecer. ¡El quiere que usted aprenda la Palabra de Dios, que aprenda a empuñar la espada del Espíritu, y que eche al diablo para que usted pueda saber que el Espíritu Santo obra! El está dentro de usted en su lucha para ayudarle a demostrar la derrota de Satanás.

Satanás es un enemigo derrotado

Conforme usted va conociendo más de la Palabra de Dios, encontrará la seguridad que Jesús venció a Satanás en cada área de la vida.

Cuando Jesús fue a la cruz y realizó la obra redentora, fue para conquistar a Satanás por usted y por mí.

La revelación sobre la redención es dada en las epístolas de la Biblia. Usted necesita leer la Biblia para darse cuenta de lo que Dios ha hecho por usted. En estas epístolas, descubrirá la verdad sobre todo lo que Dios, mediante Cristo, hizo en esa maravillosa pero terrible hora.

Que cosa más tremenda aconteció cuando Jesús murió en la cruz. Aún la tierra se rehusó a que el sol la alumbrara. La tierra se rebeló con un terremoto. Fue un momento espantoso, una hora de terrible conflicto entre las fuerzas espirituales.

Cuando Jesús murió, El murió para derrotar a Satanás por usted y por mí. Los discípulos ni entendían aún todo el significado de esto. Tuvieron que recibir una revelación al respecto.

Pablo da esta revelación en el libro de Efesios: Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del pode de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Efesios 1:19-23).

Cristo derrotó a Satanás. El resucitó y fue elevado por encima de todo poder demoníaco. Efesios capítulo 2, versículo 6 dice: y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

Nosotros somos la Iglesia, Su cuerpo. Toda fuerza demoníaca ha sido puesta bajo Sus pies y nuestros pies.

¡Gracias a Dios esta es la razón porque podemos hollar serpientes y escorpiones! (Lucas 10:19)

En Filipenses 2:5-10 dice: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.

¡Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor de los tres mundos!

Colosenses 1:13 dice que el Padre nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.

Efesios 4:8-10 dice: Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Jesucristo ha despojado a los principados y alas potestades, y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15).

Voy a ilustrar esto: en aquellos días cuando un rey conquistaba una nación, el tomaba al rey conquistado y lo encadenaba y asimismo a su ejército. Luego el capitán de su ejército se llevaba a ese rey y a su ejército, sin armadura, desnudos, sin espada, sin escudo, encadenados, y desfilaban ante su propio rey. El regresaba con los despojos y evidencias de que había derrotado a ese rey, a su ejército y a todo su reino.

Jesús descendió a las regiones tenebrosas del infierno.

El conquistó a Satanás y a todas las fuerzas demoníacas.

Los desarmó y los encadenó. ¡Les quitó toda su armadura y los puso a desfilar en el mundo espiritual delante de los ángeles y delante de Dios, el Padre, e hizo una demostración sobre el hecho de que fueron derrotados eternamente! ¡Por esa derrota es que hoy tenemos la victoria!

3 comentarios:

  1. Soy la hermana en Cristo cubana, nettenaj nuevamente. Gracias, lo he escrito me ha sido de revelacion. Dios quiere que crezca. Tengo una consecuencia de salud debido a ese temor. Siento que todo desaparecera cuando en la arena donde estoy venza al ya derrotado, padre de la mentira, en el nombre de Jesus. email: nettenaj@yahoo.es

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  2. Amigo Dios lo bendiga, soy de Venezuela, Guárico San Juan de los Morros, sus charlas por chat son buenísimas aprendí mucho con esta mi correo es jftproducciones@gmail.com me gustaría recibir más información de todos los temas

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  3. soy dilcia me a sido de bendicion este mensaje grasias senor y vencere mi temor en el nombre de jesucristo amen

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