domingo, 31 de enero de 2010

Como Demostrar la Derrota de Satanás - Parte 3

Una lección de victoria

Dios es bueno. Dios le visitará a usted. El le hablará a su corazón para ayudarle. Mientras yo estaba arrodillado, orando y llorando, Dios me dijo: "¿Qué hubo de la visitación que te di hace muchos meses?"

(Recuerdan la visión sobre las tres arenas de batalla. Cuando Dios nos visita, no lo olvidamos. Las cosas espirituales son eternas).

Hasta ese momento, yo nunca había relacionado esa visitación con mi situación actual. Dios dice en Su Palabra: Y antes que clamen, responderé yo (Isaías 65:24).

En Su misericordia y Su amor, El me había visitado y me había preparado de antemano. Ahora El me recordó esa visitación. Así que, reflexioné sobre todas esas cosas por las que Dios me había llevado (al estar en las tres arenas con el diablo). Recordé como estuve con Satanás en aquel cuarto. Había allí un hombre tratando de salir, pero no podía hacerlo. En voz alta lo repetí todo a Dios. Dios habló a mi espíritu y me preguntó: "¿Adonde estabas en ese cuarto?"

Recordé que estaba al lado de la puerta. Me puse de pie como un soldado. Yo había dicho: "Voy a salir de aquí en el nombre del Señor Jesucristo." Recuerdo que en la visión yo había salido afuera.
El Señor me dijo: "Hijo, estás en la tercera arena ahora. Estás en la presencia del príncipe de este mundo.

El es el temor encamado. El es el tormento encamado.

Estás en ese lugar, encerrado con él atormentándote.

Viste como te levantaste como un soldado y saliste afuera en el nombre del Señor Jesucristo.

¡¡¡Hazlo ahora!!!

Gracias a Dios que actué sobre lo que Dios dijo. Me lévate de mis rodillas, limpié mis lágrimas y afirmé mi rostro como un pedernal hacia la victoria. No SENTÍA victoria, pero en mi corazón lo acepté como algo ya hecho. Todos los síntomas y circunstancias externas continuaron igual, pero en mi corazón yo estaba sanado.

¡Yo sabía que había sido libertado! Mi deber era salir de esta situación.

Lentamente, pero con seguridad empecé a salir de ello. Quiero decirle que no hay salida fácil de una situación como esta, ¡pero HAY salida!

¿Qué hice yo? Me volví a la Palabra de Dios y empecé a recibir la revelación que necesitaba de la Biblia. Durante aquellas semanas y meses meditando en la Palabra de Dios, comencé a aprender lo que Cristo había comprado para mí. Empecé a entender quien era yo en Cristo. Empecé a comprender mi posición de poder y autoridad sobre las fuerzas demoníacas. Algo empezó a levantarse dentro de mí por esta revelación.

Como ven, ¡es la verdad que nos hace libres!

Quiero insistir que usted no puede ser libre y permanecer libre hasta que sepa lo que Cristo ha hecho por usted al derrotar a Satanás. Necesita saber quien es usted en Cristo y su autoridad y posición de poder en Cristo. ¡Debe actuar sobre esta verdad y echar a Satanás usted mismo!
¡Usted puede demostrar la derrota de Satanás!

¡El Espíritu Santo está en usted para traer esta demostración!

Bien, voy a continuar hablándole de mi propia situación. Empecé a llenar mi espíritu y mente con la Palabra de Dios. Empecé a confesar quien era en Cristo.

Empecé a decir diariamente lo que Dios dijo sobre mí como nueva criatura.

Venciendo el temor en mi propia vida Volví al lugar donde yo había actuado sobre el temor de volar.

Yo sabía que tenía que demostrar la derrota de Satanás en esta área donde yo le había permitido dominarme. Decidí hacer un viaje en avión. Fue muy difícil. ¡Fue TAN difícil! Satanás es el temor encamado.

El temor atormenta. El me dijo que el avión se iba a caer. Me dijo que nunca más vería a mi esposa y mis hijos.

Pero yo había determinado actuar sobre mi fe así como había actuado sobre el temor. Yo sabía que el actuar sobre el temor puso en acción a Satanás. Yo sabía que si actuaba sobre la fe, pondría a Dios en acción.

Ahora, entienda que yo no tenía deseos de volar.

Pero no importa como se sienta usted. Sólo actúe como que Dios le ha dicho la verdad.

Cuando usted actúa sobre el temor, está diciendo por sus acciones que Satanás es más poderoso que Dios.

Cuando usted actúa sobre la Palabra de Dios en fe contra el temor, está diciendo que Dios es más poderoso que el diablo.

Recuerde, actuar sobre el temor pone en acción a Satanás. ¡Actuar sobre la Palabra de Dios en fe activa el poder de Dios!

Mientras iba hacía el aeropuerto, sintiéndome tan lleno de ansiedad, pensé que de seguro iría en un jet de propulsión que me llevaría, sin duda alguna, con seguridad a donde yo iba, a pesar de lo que sentía.

Cuando fui a subir al avión vi que era frágil, con dos motores de hélice. Mis rodillas se debilitaron y casi me desmayo. Logré subir al avión. Me senté e inmediatamente empecé a sudar.

Pero sé que Jesús sonrió y los ángeles se regocijaron al ver mi determinación de actuar sobre la Palabra de Dios en contra del temor de Satanás. ¡Deliberadamente Jesús me había dejado en la arena de la batalla hasta que pudiera usar la espada del Espíritu y echar yo mismo a Satanás!

Durante todo el camino cité las promesas de Dios. Le dije a Satanás lo que Dios había prometido.

Lo resistí firmemente con la Palabra de Dios. ¡Yo tenía que demostrar que Satanás estaba derrotado!

¡¡¡El avión aterrizó sin problema!!! ¡Sentí temor durante todo el vuelo, pero gracias a Dios llegué bien!

El diablo me dijo: "Nunca regresarás a casa a menos que camines." Pero el diablo es un mentiroso.

Cuando regresé a mi hogar en el mismo tipo de avión, no SENTÍ la presencia de Dios. Sentí temor. Pero actué como si Dios me había dicho la verdad. El dijo: No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5). El había dicho en Su Palabra: No te sobrevendrá mal... Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos (Salmo 91:10-11). Así que, ¡actué sobre esas promesas en vez de las mentiras del diablo!

¡Gracias a Dios aterrizamos bien! El poder de Satanás sobre mí fue quebrado y desde entonces he volado por todo el mundo tantas veces que he perdido la cuenta. He volado a Europa muchas veces, a la India, las Filipinas, Nueva Zelandia, y muchos otros países del mundo.

Ahora, subo a un avión, me siento y me duermo.

Despierto en otro país con nuevas fuerzas porque TODO temor ha sido echado fuera. ¡Yo demostré la derrota de Satanás en mi propia vida!

Muchos de ustedes han tenido la misma batalla con el temor del cáncer, su hogar, su esposo, su familia y muchas otras cosas. El temor atormenta. Usted puede echar al enemigo fuera con la Palabra de Dios y el nombre de Jesucristo.

¡Levántese y actúe contra el enemigo! El se irá. La Palabra de Dios dice: Resistid al diablo, y huirá de vosotros (Santiago 4:7).

Usted se preguntará por qué está en tal lucha hoy. ¿Por qué Dios no lo socorre?

El Espíritu Santo está en usted para demostrar que Satanás es un enemigo derrotado. Satanás hurta, mata y destruye (Juan 10:10).

Dios le ha dejado a usted en el campo de batalla con Satanás para ayudarle a crecer. ¡El quiere que usted aprenda la Palabra de Dios, que aprenda a empuñar la espada del Espíritu, y que eche al diablo para que usted pueda saber que el Espíritu Santo obra! El está dentro de usted en su lucha para ayudarle a demostrar la derrota de Satanás.

Satanás es un enemigo derrotado

Conforme usted va conociendo más de la Palabra de Dios, encontrará la seguridad que Jesús venció a Satanás en cada área de la vida.

Cuando Jesús fue a la cruz y realizó la obra redentora, fue para conquistar a Satanás por usted y por mí.

La revelación sobre la redención es dada en las epístolas de la Biblia. Usted necesita leer la Biblia para darse cuenta de lo que Dios ha hecho por usted. En estas epístolas, descubrirá la verdad sobre todo lo que Dios, mediante Cristo, hizo en esa maravillosa pero terrible hora.

Que cosa más tremenda aconteció cuando Jesús murió en la cruz. Aún la tierra se rehusó a que el sol la alumbrara. La tierra se rebeló con un terremoto. Fue un momento espantoso, una hora de terrible conflicto entre las fuerzas espirituales.

Cuando Jesús murió, El murió para derrotar a Satanás por usted y por mí. Los discípulos ni entendían aún todo el significado de esto. Tuvieron que recibir una revelación al respecto.

Pablo da esta revelación en el libro de Efesios: Y cual la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del pode de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo (Efesios 1:19-23).

Cristo derrotó a Satanás. El resucitó y fue elevado por encima de todo poder demoníaco. Efesios capítulo 2, versículo 6 dice: y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

Nosotros somos la Iglesia, Su cuerpo. Toda fuerza demoníaca ha sido puesta bajo Sus pies y nuestros pies.

¡Gracias a Dios esta es la razón porque podemos hollar serpientes y escorpiones! (Lucas 10:19)

En Filipenses 2:5-10 dice: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.

¡Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor de los tres mundos!

Colosenses 1:13 dice que el Padre nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.

Efesios 4:8-10 dice: Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Jesucristo ha despojado a los principados y alas potestades, y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15).

Voy a ilustrar esto: en aquellos días cuando un rey conquistaba una nación, el tomaba al rey conquistado y lo encadenaba y asimismo a su ejército. Luego el capitán de su ejército se llevaba a ese rey y a su ejército, sin armadura, desnudos, sin espada, sin escudo, encadenados, y desfilaban ante su propio rey. El regresaba con los despojos y evidencias de que había derrotado a ese rey, a su ejército y a todo su reino.

Jesús descendió a las regiones tenebrosas del infierno.

El conquistó a Satanás y a todas las fuerzas demoníacas.

Los desarmó y los encadenó. ¡Les quitó toda su armadura y los puso a desfilar en el mundo espiritual delante de los ángeles y delante de Dios, el Padre, e hizo una demostración sobre el hecho de que fueron derrotados eternamente! ¡Por esa derrota es que hoy tenemos la victoria!

viernes, 29 de enero de 2010

Como Demostrar la Derrota de Satanás - Parte 2

Mi conflicto personal

Hace unos pocos años, Dios me visitó en una visión.

Me vi en conflicto con Satanás en tres arenas. Una era una batalla menor, la otra era una batalla fuerte, y en la tercera, yo estaba en la presencia del mismo Satanás. Lo llamé el genio del mal de este mundo, el príncipe de este mundo, porque estaba sentado como en genio sobre un pedestal en una pequeña habitación. Parecía estar sentado con un sentido de dignidad y poder.

En esta visión, me encontraba al lado de la puerta.

Había un hombre tratando de llegar a la puerta para salir del cuarto donde estaba el diablo. El estaba moviendo los brazos como nadando en el aire, moviendo también sus piernas lentamente tratando de llegar a la puerta.

Estaba realmente luchando para tratar de salir, pero no estaba avanzando nada. Satanás lo estaba mirando. Lo estaba sosteniendo con su mirad*»—solo mirándolo como diciendo: "No puedes salir. Yo te tengo en mi poder."

En la visión observé esta situación por un tiempo.

Noté que Satanás no movió ni una mano, pero sostenía al hombre en su poder con sólo su mirada.

¡Aquellos que están en el reino de las tinieblas están bajo su dominio! Al estar allí mirando esto, dentro de mí me llené de ira.

Al comprender que el hombre no podía salir de allí, dije: "¡Bueno, yo voy a salir de aquí en el nombre del Señor Jesucristo!" ¡Salí de allí inmediatamente en el nombre del Señor Jesucristo!

En aquel momento no me di cuenta que Dios me estaba enseñando que Satanás me iba a atacar en tres niveles. Yo atravesaría un tiempo difícil de opresión y ataque satánico.

Yo había estado muy activo en la obra del Señor.

Usted puede trabajar tanto para Dios que no le queda tiempo para Dios. Se puede ser tan religioso que no se busca a Dios como se debe. Usted necesita tomar el tiempo para leer su Biblia y orar con profundidad.

A pesar de que yo estaba atravesando un tiempo de intensa y horrible opresión satánica, Dios me estaba enseñando algo.

Un día mientras conducía mi auto por la carretera, empecé a llorar. Parecía como si todas las fuerzas del infierno vinieron contra mí y mi sistema nervioso sufriera un colapso. Sentí como si todas mis glándulas estuvieran funcionando mal. Era un sentimiento muy extraño. Algo había sucedido. De pronto me sentí culpable por todo.

Yo no sabía que el diablo me estaba causando todo ésto. Debí haberlo sabido, pero como ven, el diablo es un engañador. Yo sabía en sentido general que todo lo malo venía del diablo. Yo era un predicador del Evangelio, pero en ese momento en mi vida, no comprendí que todo el infierno me estaba atacando.

Fui de mal en peor. Esto continuó por meses. Sentía la misma presencia del infierno y los demonios de toda clase. Toda fuerza del mal vino contra mí. Perdí toda iniciativa. Todo era demasiado grande para pensar en ello. ¡Una pequeña labor me hacía llorar porque me parecía total y absolutamente imposible de realizar!

Fuerzas satánicas y demonios me rodearon. Temor vino a mí. Era un terror tan infernal como nunca me había imaginado que existiera.

Toda iniciativa se había ido. El temor me acosaba con respecto a cada área de mi vida. El diablo me dijo que tenía un tumor en el cerebro. También me dijo que yo tenía una enfermedad mortal.

El continuó diciéndome que yo estaba muriendo de una enfermedad desconocida e incurable. Se me fue el sueño. El insomnio es una cosa terrible. Cuando llegaba la mañana, yo deseaba que fuera de noche. Cuando llegaba la noche, yo deseaba que fuera de mañana. Mi corazón palpitaba como si fuera a salirse de mí.

Yo no era un bebé cristiano. Yo era un ministro que necesitaba usar la Palabra de Dios. Así que, aquí me encontraba en esta situación.

Quiero añadir esto: Examine con mucho cuidado toda profecía. No reciba profecía de ninguna persona sin antes compararla con la Palabra de Dios. Tenga cuidado cuando la profecía llega a dominarlo, le pone bajo temor y crea miedo de desobedecer esa profecía.

¡Tenga cuidado con eso! Algunas personas han sido esclavizadas por la atadura de una profecía falsa por años. La profecía es para edificar, exhortar y consolar.

No es para asustarle.

Mientras yo estaba bajo esta opresión, trataba de ministrar.

Estaba planeando un viaje de predicación cuando un hombre vino a mí y profetizó. Su profecía fue que vio en visión que yo abordaba un avión (yo había planeado volar en este viaje). Dijo que vio el avión levantándose en el aire, luego estallando en llamas y estrellándose al caer al suelo.

¡Yo tomé el tren!

¡El primer error que cometí fue tomar el tren!

Yo actué con temor. Cuando usted actúa con temor, las cosas empeoran. El temor activa el poder de Satanás.

La fe activa el poder de Dios.

Debemos demostrar que Satanás está vencido. Dios nos ha dado Su Palabra. Debemos permanecer en el campo de batalla con Su Palabra hasta que decidamos usarla para librarnos por el poder del Espíritu Santo.

Me sobrecogió un temor infernal de volar. Cuando actué con temor y tomé el tren, me sobrecogió un temor de volar.

Cuando usted actúa con temor, ¡el temor se apodera de usted! Yo tenía un temor tan infernal de volar que sólo el pensarlo me hacía sudar en frío. El temor es la herramienta del diablo.

¡Nunca actúe en temor! El temor es un vapor, una mentira.

Esta condición continuó durante varios meses. Cerré mis oficinas. Empecé a buscar a Dios. No podía dormir de noche. Ni predicaba ni enseñaba muy a menudo.

Tenía temor de toda cosa posible—enfermedad, dolencia, temor de volar. No podía recibir respuesta del cielo.

Sentía como que Dios estaba a diez millones de millas de distancia. Me sentía separado de Dios. No podía entender nada en la Palabra de Dios. No podía llegar al trono de Dios en oración. Satanás me estaba rodeando.

Un tiempo de prueba

Le doy gracias a Dios que mientras estaba en esta situación, hubo un hombre que vino desde Fort Worth, Texas hasta Houston para animarme. El vino antes de que yo recibiera una respuesta de Dios. Me dijo: "Dios me ha enviado aquí."

Yo no le había contado a nadie de mi terrible situación. Realmente no podía explicar en términos naturales lo que estaba pasando. Era una batalla espiritual.

Este hombre vino a mí y me dijo que él había atravesado una experiencia similar. Dios lo sacó adelante.

El me dijo: "Hermano Osteen, usted va a estar bien. Yo he estado donde usted está ahora. Dios me sacó a mí adelante y El lo sacará a usted también."

¡Era la frase más dulce que yo podía haber escuchado! Nunca soñé en ese momento que yo pudiera llegar a estar bien. Pero Dios quería que yo supiera que El me sacaría adelante. Dios no hace acepción de personas. (Hechos 10:34).

Lo que El ha hecho por mí, ¡lo hará por usted! El lo sacará adelante a usted también.

En mi corazón había esperanza, pero no tenía aún la salida.

Un día yo estaba llorando delante de Dios. Le dije: "Señor, ¿qué es lo que pasa conmigo? Dios, ¿por qué no me escuchas? Señor, ¿por qué no me has librado?"

Dios quería que yo me convirtiera en un predicador de fe. El quería que yo tomara la Palabra de Dios para ayudar a los hijos de Dios a levantarse. El quería que yo tuviera la capacidad de revelar las verdades que ahora estoy compartiendo. El deseaba que yo fuera de ayuda al cuerpo de Cristo. ¡La única forma en que yo podía hacer esto era salir de mi situación por la Palabra de Dios!

Si Dios se hubiera apresurado a rescatarme y levantarme como a un bebé, todavía sería un bebé. Llega un momento cuando Dios dice: "Ya has crecido. Yo tengo más confianza en ti de la que tienes tú mismo. Te voy a probar en el campo de batalla con la Palabra de Dios."

Esta es la razón porque algunos no han sentido que sus oraciones no han sido contestadas. Por esto es que algunos de ustedes aún están sufriendo. Por eso es que algunos de ustedes se preguntan por qué Dios no les ha escuchado. El está permitiéndole saber quien es usted realmente.

jueves, 28 de enero de 2010

Como Demostrar la Derrota de Satanás - Parte 1

Como Demostrar la Derrota de Satanás


Por: John Osteen


Nosotros sabemos que Satanás es un enemigo derrotado. No sólo necesitamos decirle esto al mundo, mas necesitamos demostrarlo por el poder del Espíritu Santo, y usar la Palabra de Dios y el nombre del Señor Jesucristo.


La Biblia dice en I Juan 3:8: Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.


También en Hebreos 2:14 la Biblia dice: Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre— que es, en la naturaleza física del ser humano—él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.


El Espíritu de Dios está en nosotros para damos el poder de llevar esta demostración al mundo. Jesús dijo: En mi nombre echarán fuera demonios (Marcos 16:17).


¡Nosotros debemos libertar a los cautivos! Debemos demostrar la derrota de Satanás en nuestras vidas y en las vidas de otros.


Esta demostración debe ser en cada área de la vida— física, espiritual, financiera, matrimonial, mental y en cada fase de nuestras actividades.


Quiero que noten lo que la versión de la Biblia Amplificada en Inglés dice respecto al propósito de que el creyente sea lleno del Espíritu Santo. Juan 16:8 dice: Y cuando él venga (el Espíritu Santo), él convencerá al mundo y traerá una demostración al mundo sobre el pecado, sobre la justicia, y sobre el juicio.


Los versículos 9-11 nos dicen que el Espíritu Santo traerá esta demostración: De pecado, por cuanto no creen en Mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto EL PRINCIPE DE ESTE MUNDO (SATANÁS) HA SIDO YA JUZGADO, HA SIDO YA SENTENCIADO.


Note cuidadosamente que el Señor Jesús está diciendo que el Espíritu Santo estará en el creyente para traer una demostración de juicio, porque el príncipe de este mundo (Satanás) ha sido ya juzgado y condenado y ya ha sido sentenciado.


¡Nosotros debemos demostrar la derrota de Satanás!


Recuerde que el Espíritu Santo está en nosotros para traer una demostración. El está ansioso y celoso para que Jesús sea glorificado. Está celoso para realizar esta demostración. El se levantará con prontitud para ayudar a cada creyente a demostrar al mundo que Jesús ha derrotado completamente a Satanás y a cada fuerza demoníaca.


Es lamentable ver a los hijos e hijas de Dios encogiéndose por temor a los poderes demoníacos y siendo vencidos por ellos diariamente. ¡Estoy seguro que los ángeles en el cielo desean gemir al ver el cuerpo de Cristo atormentado de tal manera, cuando el Señor Jesucristo murió para hacerles más que vencedores!


Les daré una ilustración sobre ésto. Yo tenía un perro llamado Scooter. Era un pastor alemán, grande y hermoso. Cuando salía a andar en bicicleta, muchas veces venía conmigo. ¡Iba trotando orgullosamente a mi lado como un caballo de pura sangre! Mantenía su cabeza en alto. Era ágil y rápido. Yo lo observé muchas veces y pensé que hermoso es y cuan orgulloso estaba yo de él. Parecía no temer a nada y dispuesto a pelear con lo que se le pusiera en el camino.


Un día mientras yo iba en mi bicicleta por el vecindario con mi hermoso perro trotando a mi lado, lo más inesperado sucedió. Un perro muy pequeño salió corriendo hacia Scooter. Pensé ten cuidado perrito, Scooter te puede hacer pedazos en solo un momento. Es tan grande y fuerte.


Pero esto es exactamente lo que sucedió: aquel perro pequeñito le ladró sin cesar a Scooter y lo atacó valientemente. Yo esperaba que Scooter lo agarrara del cuello y lo sacudiría vigorosamente para que aprendiera a no molestarlo. ¡Yo sabía que él podía hacerlo, pero al contrario, mi perro grande y valiente se dio por vencido antes de que empezara la pelea! Inclinó su cabeza como un cobarde y dando vueltas en el suelo se rindió. ¡El perro pequeño dio vueltas alrededor de él ladrando como dándole órdenes de no volver por allí!


¡Yo estaba tan sorprendido!


Me sentía devastado al pensar que un perro tan pequeño había vencido a mi valiente perro. Pensé eres un perro inútil. No eres tan grande por dentro como lo eres por fuera. ¡Regresé a mi casa totalmente avergonzado de mi perro!


¡Ahora, esto no es tan lamentable ante los ojos de Dios como es ver a las nuevas criaturas de la gran raza del Señor Jesucristo, que son la justicia de Dios, revestidos del Espíritu de Dios, poderosos hijos e hijas de Dios, que reinarán con Cristo por la eternidad, que se dan vuelta y corren huyendo de los pequeños poderes demoníacos que les atacan cada día!


La Biblia dice que hay una doctrina de demonios que se levantará en los últimos días (I Timoteo 4:1). El diablo debe reírse de los miles de cristianos—los poderosos hijos e hijas de Dios—que son intimidados por fuerzas demoníacas. Ellos tienen el poder de echar fuera demonios y sin embargo se dan por vencidos, como mi perro grande, delante de las fuerzas demoníacas ya derrotadas.


¡Dios nos ha dicho en Su Palabra que se nos ha dado el Espíritu Santo para traer al mundo una demostración de que Satanás es un enemigo derrotado! El Espíritu Santo convencerá al mundo y traerá una demostración...que el príncipe de este mundo [Satanás] ha sido juzgado y condenado y ya ha sido sentenciado (Juan 16:8,11).


Yo sé por experiencia lo que es contender con el diablo en la arena de la vida. El usará todos los medios posibles para derrotarte y a menos que usted aprenda cómo vencerlo, podría pasar toda su vida dominado por el temor.