sábado, 17 de octubre de 2009

Un Lugar Llamado Alli - Parte 2 de 3

Nuestra responsabilidad es la de seguir al Maestro.

No debería tomar decisiones respecto a lo que quiere hacer o a donde quiere ir. ¡Siga a Jesús! Nuestra principal obligación en la vida es seguir la dirección que nos da Jesús. Cuando sigue a Jesús, no importan las dificultades que deba enfrentar. El ya ha pasado por todas ellas y sabe que están allí. El ha caminado por el mismo camino que usted está caminando ahora. El conoce cada grieta, cada obstáculo y cada bendición. El dijo: "Síganme y yo los haré pescadores de hombres." Después de decir esto, los discípulos si le siguieron a través de toda Galilea, El les enseñó cómo ser pescadores de hombres.

¿Cómo puede lograr que las multitudes vengan a escuchar el Evangelio? ¿Cómo puede volverse en un pescador de hombres? ¿Qué hicieron ellos? Se levantaron y lo siguieron a El y Jesús les demostró todo lo que un ministro debe saber acerca de recoger a la humanidad en la red del Evangelio.

Lea Mateo 4:23-25: Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

jCon razón que las multitudes lo seguían!

Enfoque su atención al vasto mar de sufrimiento humano. Vuelva su atención a TODAS las personas enfermas que están atormentadas por diversas dolencias: que están poseídas por demonios, a los lunáticos, a los paralíticos. Empiece a enseñarles y a predicarles las gloriosas buenas nuevas y suene la trompeta del Evangelio que proclama que Jesús cargó con sus pecados, El sufrió sus dolencias. El probó su muerte. El tomó sobre si su maldición. Tienen derecho a ser libres. Cuando haga todas estas cosas, nunca le va a faltar a quién predicar.

Tenemos una responsabilidad con aquellos poseídos por demonios. Tenemos una responsabilidad con los atormentados. Tenemos una responsabilidad con los enfermos. Tenemos una responsabilidad con los oprimidos por el diablo. Tenemos una responsabilidad con aquellas personas que vivan en hospitales psiquiátricos. Tenemos que dejar de jugar a la iglesia pidiendo solamente bendiciones para nosotros mismos. Necesitamos que la casa de Dios sea casa de oración, donde se ora y donde los cautivos son libertados!

La Primera de Reyes 17 nos narra la historia de Elías, el tisbita, que levantó su voz a Dios y a Israel diciendo: Vive Jehová, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

Elías estaba siguiendo la Palabra de Dios. Dios había dicho que si Israel se rebelaba y se iba en pos de los ídolos. El cerraría los cielos. Dijo que si ellos se arrepentían, El abriría los cielos (Deuteronomio 11:13-17). Elías los vio alejarse de Dios. Sabía que habían quebrado la pacto. Cuando se volvieron a Dios, supo que la lluvia vendría porque habían restaurado su relación de pacto con Dios.

Estamos viviendo en un mundo lleno de dificultades. Nos encontramos en un mundo lleno de tensión. Nos encontramos en un mundo sumido en caos. No hay duda alguna que los tiempos del fin ya están sobre nosotros y nuestros días son similares a aquellos que leemos en I Reyes 17. Elías representa al hombre de Dios, al predicador quien guía con cuidado a su rebaño. Durante ese período de hambre, en el tiempo de sequía, tiempo de gran aflicción y adversidad, es de suma importancia que Elías escuche a Dios y haga EXACTAMENTE lo que Dios le dice que haga. Lo que debemos hacer el día de hoy es sintonizar nuestros espíritus al Espíritu Santo, escuchar a Dios, hacer lo que nos dice que hagamos, e ir a donde nos dice que vayamos. ¡Cuando hagamos estas cosas, nuestras necesidades serán suplidas y estaremos salvaguardados!

Elías se apartó de su rutina diaria y oró. Buscó a Dios. Es importante tener contacto con Dios, escuchar de Dios. A veces tenemos que retirarnos del gentío. La gente lo va a confundir. Ellos le vana desanimar. Ellos le hablarán acerca de otras personas. Muchas veces harán que su fe decaiga. Habrá veces en que debe estar solo y subir la montaña de Dios, por encima de la neblina y de la bruma de este mundo. Envolver sus dedos en las vestiduras de Dios y decir: "Padre mío, padre mío, no desistiré hasta que me bendigas." Debemos buscar a Dios diligentemente y seguir Su dirección para nuestras vidas.

Primera de Reyes 17:2-4 dice: Y vino a él Palabra de Jehová diciendo... Elías oyó la voz de Dios. Entonces Dios le dijo a donde debía ir y qué debía hacer.

Dijo: "Apártate de aquí, y vuélvete al Oriente y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den ALLÍ de comer."

Dios puede decirle a donde Ir. Hay un LUGAR llamado "allí" para cada persona. Ese lugar llamado "allí" es donde DIOS dijo: "Yo he mandado a los cuervos que te den de comer." jSi no se encuentra en ese lugar llamado "allí" y los cuervos llegan a traer comida "allí." no es la culpa de Dios si se está muriendo de hambre!

Dios me hizo regresar de las Filipinas a la Iglesia de Lakewood para pastorearla. Yo no quería regresar. Pero vean, la Iglesia de Lakewood era mi lugar llamado "allí." Si yo hubiera dicho: "No, no, no voy a ir," me hubiera encontrado en un gran lío. Es allí donde Dios ordenó a los cuervos que me alimentaran. Si yo no hubiera regresado, no hubiera podido culpar a Dios.

Posiblemente continuaría teniendo un buen ministerio, pero hubiera habido tirantez, asperezas y pesadumbres en todo mi sistema. Hubiera habido tensión y una pesada carga sobre mí. Cuando se encuentra en ese lugar llamado "allí," Su yugo es fácil y Su carga es ligera.

Yo creo que para cada ministro hay un lugar llamado "allí." Cada creyente puede aplicar este principio a su propia vida. ¡HAY UN LUGAR LLAMADO "ALLÍ!" Esto no significa que nunca haya batallas por pelear. Esto no significa que no tendrá que enfrentarse a algunas pruebas y tribulaciones. No puede haber un testimonio sin una prueba. Cuando se encuentre seguro en ese lugar llamado "allí," puede ordenarle al diablo que lo deje. El diablo puede tratar de evitar que los cuervos le traigan pan. ¡Ordénele al diablo en el Nombre de Jesús que se vaya! Dígale: "¡VETE! ¡DIOS ME HA TRAÍDO A ESTE LUGAR LLAMADO "ALLÍ" Y TE ORDENO QUE TE ALEJES DE MI TERRITORIO!"

Entonces puede entrar a la paz del Señor y alabar a Dios. Pronto, los pequeños cuervos vendrán. Cuando está en el lugar llamado "allí," ellos vendrán. Ahora bien, si nunca vienen, mejor examine el lugar en el que se encuentra.

Concéntrese en el amor hacia Jesús. Envuélvase en su devoción hacia El, hágalo a El primero en su vida, y vaya a donde El dirige (no importa lo que la gente diga) ¡¡VAYA A ESE LUGAR LLAMADO "ALLÍ." Y EL PODRA ALIMENTARLO CON LAS AVES DEL CIELO!! Dios tiene recursos ilimitados. ¡Dios está a cargo de este mundo!

Hasta un pequeño gusano trajo destrucción al Rey Herodes. La Biblia dice que fue comido por los gusanos. Dios puede tomar a los gusanos y destruir al enemigo. Dios está interesado en todo aquel que quiera proclamar el Evangelio. Nuestra responsabilidad es ir a donde El nos dice que vayamos; hacer lo que El nos dice que hagamos; y quedarnos donde El nos dice que nos quedemos. No tenemos derecho de hacer lo que nosotros queremos hacer. Debemos obedecer Sus órdenes divinas.

Por el hecho de que Dios lo envíe a un lugar, no significa que deba quedarse allí para siempre. La Primera de Reyes 17:5-7 nos dice que Elías...”fue e hizo conforme a la Palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde, y bebía del arroyo. Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra."

No trate de quedarse cuando su arroyo se seca. La mayor parte de los problemas en las iglesias vienen después de que al arroyo se ha secado y DIOS QUIERE QUE SIGA ADELANTE Y USTED SE AFERRA A ESE LUGAR

Dios no siempre hace las cosas de la misma forma a través de la vida. No lo limite a que actúe siempre de la misma forma. Si su arroyo se seca y todo repentinamente va mal, examínese a si mismo. Vaya delante de Dios y dígale: "Dios ¿terminé ya el trabajo que tenías aquí para mí? ¿Estás tratando de decirme algo?"

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