domingo, 18 de octubre de 2009

Un Lugar Llamado Alli - Parte 3 de 3

Dios no siempre hace las cosas de la misma forma a través de la vida. No lo limite a que actúe siempre de la misma forma. Si su arroyo se seca y todo repentinamente va mal, examínese a si mismo. Vaya delante de Dios y dígale: "Dios ¿terminé ya el trabajo que tenías aquí para mí? ¿Estás tratando de decirme algo?"

Primera de Reyes 17:8-9 dice: Vino luego a él Palabra de Jehová diciendo: Levántate; vete a Sarepta de Sidòn, y mora allí...

En medio de la gran calamidad que se vivía en aquel día, el hombre de Dios era responsable de permanecer en comunicación con Dios y continuamente hacer lo que Dios ordenó e ir adonde Dios lo mandó.

Dios le dijo a Elías: "Levántate, vete a Sarepta de Sidón. y mora allí, he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente."

Quiero que ponga atención a dos cosas aquí. Primeramente, en ambos casos Dios le ordenó a alguien que cuidara de Elías. Ordenó a los cuervos, y ordenó a una viuda. Era una viuda que se estaba muriendo de hambre, una viuda que no tenía nada; pero una viuda que podía prosperar y ser protegida si hacía lo que Dios le dijo. Era una viuda que podía ver milagros. Dios muestra profundo interés en este hombre que nos representa a todos nosotros. El dijo: "Yo he ORDENADO a los cuervos: y yo he ORDENADO a una mujer viuda." ¡Dejen de tratar de recoger fondos por medio de súplicas ante un inminente desastre! ¡Dejen de mendigar!

Sean honorables. Dios ordenó a la viuda. Si busca a Dios y sigue por donde El quiere que vaya y se mantiene cerca de Jesús y en amor con El y le obedece, y va a donde El quiere que vaya; El ordenará a las personas para, que lo cuiden. Dios tiene personas que obedecerán Sus órdenes. Dios tiene personas a quienes El ordenará que le den esos 100,000 dólares que necesita. El va a ORDENARLES que le den un aeroplano. El va a ORDENARLES para que le den un barco. El va a ORDENARLES que le den una casa. El va a ORDENARLES que le den de sus cuentas bancarias. Y las personas van a estar gozosas por bendecirlo.

Si usted es uno de ellos a quienes Dios les ordena dar, va a ser un gozo hacerlo. Cada vez que Jesús le ha hablado a mi esposa Dodie o a mí para bendecir a otros, ha sido semejante privilegio que El nos ordenara a dar. Derramamos lágrimas de gozo al saber que Jesús confiaría en nosotros para ser canales de Sus bendiciones. Aquellos a quienes Dios les ordena hacer algo no son dignos de lástima, sino deben ser envidia dos porque han sido honrados por el Señor Jesucristo.

Cuando tiene una carga por algún ministerio, por algún evangelista, o por alguna misión y Dios continúa poniéndola en su corazón, no la haga a un lado. ¡Regocíjese, regocíjese! Obedezca tan pronto como pueda, porque el diablo va a tratar de robarle e impedir que haga lo que Dios le ha ordenado hacer.

Dios ordenó a una viuda porque El quería la gloria. Dios quería la gloria. Si hubiera sido un hombre rico; él podría haber dado tan solo de su abundancia, pero esta viuda no tenía nada. Se estaba preparando para recoger algunos leños y cocinar la última torta antes de morir con su hijo.

Primera de Reyes 17:12-15 dice: Y ella respondió: Viva Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. Elías le dijo: No tengas temor; Ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti, y para tu hijo. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el dìa que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, ella y su casa muchos días.

Durante todo este tiempo de gran hambre, la vasija de aceite no menguó ni la harina de la tinaja escaseó. Esta mujer viuda que no tenía nada fue escogida por Dios, y Dios le ordenó que cuidara de un ministerio. Para hacerlo, debía recibir milagros diariamente. Así que si Dios le ordena que haga algo y usted no tiene con qué hacerlo, diga: "¡Aleluya, Aleluya, Dios va a hacer milagro tras milagro en mi vida diaria!"

Primera de Reyes 17:9 dice: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí: he aquí y he dado orden ALLÍ.... Hay un lugar llamado "allí." Si yo estoy allí en el lugar llamado "allí" donde Jesús me envió. El me sustentará. El tendrá cuidado de mí, porque ha ordenado que cuiden de mí "allí." Si no estoy allí, no puedo culpar a Dios. ¡Voy a estar allí! "Allí" es donde Dios ha ordenado a los cuervos y a la viuda que cuiden de mí. Pero si no me encuentro allí y vienen los cuervos, la viuda está dispuesta a suplir mis necesidades, no obtendré lo que Dios ha provisto para mí. Iré al lugar llamado "allí."

Busque a Dios. Sepa con seguridad que se encuentra en ese lugar llamado "allí." Dios hará entonces que todas sus necesidades sean suplidas y su ministerio florecerá hasta su plenitud.

HAGA ESTA SU ORACIÓN:

Padre, en el Nombre de Jesús busco tu dirección divina para mi vida. Te doy gracias porque Jesús vive en mí y la Biblia dice que El ha sido hecho sabiduría por mí. Tú me dijiste que si me hacía falta sabiduría, que te la pidiera a Ti y Tú me la proporcionarías abundantemente para cada situación. Al pedírtelo ahora, Padre, te doy gracias porque de este momento en adelante Tú me estás proveyendo la sabiduría que necesito.

Yo soy Tu oveja y conozco Tu voz y no seguiré ninguna otra voz. Confío en Ti Señor, con todo mi corazón y no me apoyo en mi propio entendimiento. Te reconozco en todos mis caminos y sé que Tú diriges mi senda. Seguiré el camino de la paz, porque Jesús, el Príncipe de Paz, vive en mí.

Tu Palabra es lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. Mientras leo y medito en Tu Palabra; Tú me hablarás. Te doy gracias. Padre, porque el Espíritu Santo mora en mí y El me guiará a toda verdad. El no me guiará al error, sino a la verdad y al bien. Mi espíritu da testimonio juntamente con el Espíritu Santo confirmando la voluntad de Dios para mi vida.

Reprendo toda confusión o frustración y con denuedo declaro que descansaré en Tu amor. Te entrego a Ti todo mi porvenir y Tú lo harás una realidad. ¡Gracias, Señor, por mantenerme en Tu camino que es perfecto! Amén.


La confesión anterior está basada en las siguientes escrituras: 1 Corintios 1:30; Santiago 1:15; Juan 10:4; Proverbios 3:5¬6; Isaías 9:6; Salmo 119:105; Juan 16:13 y Romanos 8:16.

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